Lo tienes. Tienes un modelo de negocio ético que sabes que va a funcionar. Incluso tienes tu identidad visual definida, tu historia de marca (esa que va a hacerte destacar en el mercado ético) lista y tu web a puntito de salir del horno… Pero ahora toca lo más difícil: saber cómo escoger tus canales de comunicación.
Si estás pasando por esta situación seguro que te estás enfrentando a una parálisis por sobreinformación.
Y es que, cuando comienzas con tu marca responsable está claro que dos de tus objetivos principales son ser visible y empezar a vender, pero hay tantas herramientas para ello y tantos consejos diferentes en internet que no sabes por dónde tirar.
- ¿Debería empezar por abrirme una cuenta en Instagram o en LinkedIn?
- ¿Empiezo un blog o me hago un pódcast?
- ¿Intento aparecer en medios o colaboro con blogs especializados?
Vaya lío, ¿no?
Y es que, ¿cómo elegir entre tantas opciones para dar a conocer tu marca responsable?, ¿cómo saber cuál es el canal que más te conviene trabajar para llegar a tu cliente ideal?, ¿no hay una guía?, ¿un manual de instrucciones?, ¿un pañuelo en el que llorar de la desesperación?
Respira hondo y cuenta hasta tres porque en este artículo te cuento cómo escoger los canales de comunicación adecuados para llegar a la persona a la que quieres enamorar.
Índice
¿Qué es un canal de comunicación?
Un canal de comunicación es el medio por el que viaja tu mensaje desde tu marca hasta la persona a la que quieres llegar.
Digamos que el canal es tu paloma mensajera.
Estos de aquí son varios ejemplos de canales de comunicación:
- Redes sociales: Instagram, facebook, LinkedIn, Twitter, TikTok, Pinterest… Todas son canales que te permiten enviar un mensaje a través de sus plataformas.
- Medios de comunicación: porque llegas a tu público a través de entrevistas, colaboraciones, artículos invitados, columnas, etc.
- Newsletter: tanto tu propia newsletter como otras en las que se te menciona sirven para hacer llegar tu mensaje a tu cliente potencial.
- Blog / videoblog / pódcast: el espacio en el que creas contenido de manera regular en tu propia web también es un canal.
- Eventos: tanto en vivo como online te permiten enviar tu mensaje a una audiencia determinada.
Ojo, es importante no confundir los canales de comunicación con las herramientas de comunicación, que es algo que se hace habitualmente pero no es correcto.
Porque las herramientas de comunicación no son ningún medio para enviar un mensaje sino esas funcionalidades, sistemas, programas o métodos que puedes utilizar para mejorar tu comunicación en algún aspecto.
Por ejemplo:
- El copywriting es una herramienta que te ayuda a persuadir a tu cliente con tus textos.
- El SEO es una herramienta que te ayuda a posicionar tu página web en buscadores de manera orgánica (sin pagar).
- La creación de un lead magnet es una herramienta que te ayuda a reclutar a clientes potenciales en tu base de datos.
- La historia de marca (o storytelling) es una herramienta que te ayuda a destacar en el mercado.
¿Ves? Nada que ver.
Y una vez aclarado esto, vamos al lío de la cuestión:
Por qué es tan importante escoger bien tus canales de comunicación
Cuando creas tu estrategia de comunicación, hay muchos aspectos en los debes trabajar: un buen diagnóstico de tu comunicación, un análisis de tu empresa y de tu competencia, la creación de unos objetivos realistas y un set de mensajes clave…
Pero todo ese trabajo servirá de poco si las personas a las que te diriges no reciben tus mensajes.
Un canal de comunicación es el medio por el que viaja tu mensaje desde tu marca hasta la persona a la que quieres llegar.
De hecho, que esto suceda es algo habitual.
Un montón de marcas responsables, sobre todo, empresas que están comenzando, no dedican suficiente tiempo a pensar en si los canales típicos son los mejores para llegar a su audiencia.
Como consecuencia:
- Dejan pasar un montón de oportunidades de visibilidad, venta e impacto positivo por el camino, al no alcanzar a tantas personas interesadas como podrían.
- Pierden cantidades ingentes de tiempo y energía al dedicarse a un canal que no está dando resultados.
- Se desmoralizan y pierden la fé en su proyecto, pensando que no le interesa a nadie.
Así que, como habrás comprobado, escoger tus canales de comunicación no es una decisión que se pueda tomar a la ligera.
Y es que los canales pueden hacer que una estrategia de comunicación sea exitosa (que consiga sus objetivos sin renunciar a tus principios) o que se estanque.
Cómo escoger tus canales de comunicación
1.Define tus objetivos.
Lo primero que tienes que hacer para escoger tus canales de comunicación es definir objetivos: ¿qué es lo que quieres conseguir con tu comunicación?
Por ejemplo:
- Obtener más visibilidad.
- Posicionarte en un determinado nicho.
- Vender tus productos o servicios.
- Abrir nuevos mercados.
- Etc.
Por supuesto, estos objetivos deberían estar más definidos (“Vender 100 productos X en los primeros seis meses de este año”) y crear unos indicadores para poder medir su éxito (ventas del producto en los primeros seis meses del año), pero eso da para otro post.
2. Define e investiga a tu cliente ideal
Una vez que tienes claro lo que quieres conseguir, tienes que elaborar un perfil de la persona a la que quieres llegar: ¿quién es?, ¿estudia o trabaja?, ¿vive en soledad o en compañía?, ¿qué le apasiona?, ¿qué quiere conseguir en su vida?, etc.
Obviamente, para saber todo esto, necesitarás investigar a gente que cumpla con el perfil de tu cliente ideal en base a cuestionarios o entrevistas, que te ayudarán a conocer a fondo a esa persona.
Quizá te interesa: Cómo definir a tu cliente ideal para que tu comunicación dé en el clavo.
3. Descubre dónde está tu cliente
Una parte importante de la investigación de cliente reside en entender dónde pasa su tiempo esa persona: ¿en qué redes sociales está (y le gusta estar)?, ¿qué medios de comunicación lee?, ¿asiste a eventos?, ¿prefiere leer, ver o escuchar contenido?…
La idea es escoger solo los canales de comunicación en los que tu cliente esté presente de manera activa y donde se sienta a gusto compartiendo e interactuando con tus mensajes.
4. Entiende cuál es tu arma secreta
Reflexiona acerca de qué es lo que mejor se te da y dónde te sientes cómodo o cómoda comunicando.
- Quizá te encanta escribir: y se te dará genial crear un blog o escribir una newsletter.
- O a lo mejor eres más visual: y tu cuenta de Instagram o Pinterest quitará el hipo.
- O igual se te da fenomenal hablar en público: y vas a partir la pana impartiendo charlas en eventos de tu sector o creando un videoblog…
5. Piensa en tus recursos:
No te lo voy a negar: trabajar bien un canal de comunicación lleva tiempo, esfuerzo y raramente ves resultados de la noche a la mañana.
Por eso vale la pena que antes de escoger un canal, revises qué implica trabajarlo bien y que pienses en tus recursos: ¿tienes el tiempo, la energía o el equipo suficiente para trabajar este canal a fondo?
Te pongo unos cuantos ejemplos:
- Si escoges trabajar los medios de comunicación vas a tener que revisar por qué tu marca puede convertirse en un hecho noticiable, investigar medios y contactos de periodistas, crear un dossier de prensa, enviar notas de prensa, hacer un seguimiento, etc.
- Si escoges hacer un pódcast vas a tener que escoger la plataforma, conseguir el equipo de audio, preparar guiones y contenidos, aprender a grabar y editar, etc.
- Si escoges dar charlas vas a tener que investigar eventos de tu sector, preparar propuestas, crear las diapositivas, ensayar, etc.
Lo que quiero decir con esto es que todos los canales de comunicación llevan un buen trabajo.
Por eso es mejor que escojas solo un par en vez de querer estar en todos y no poder dedicarles la energía, el tiempo y el esfuerzo que merecen.
6. No te olvides de la parte ética:
Antes de escoger tus canales, piensa en tu ética de marca.
Ten en cuenta que muchos de los canales ajenos (por ejemplo, las redes sociales) tienen sus propias normas e intereses, y quizá tú no estés de acuerdo con algunos de ellos. Ante esto puedes:
- Decidir trabajar el canal a tu manera: por ejemplo, si no quieres usar publicidad en Instagram no tienes por qué hacerlo.****Ojo: con esto no quiero decir que hacer publicidad en Instagram sea malo. Es solo un ejemplo de unos principios ficticios de una marca ficticia.
- Decidir trabajar solo en aquellos canales que respeten tu ética de marca: por ejemplo, colaborar solo con medios de comunicación que no inciten al odio.
Y eso es importante no solo porque tú cumplas con lo que crees que es correcto. Sino también porque, comunicándolo de cara a tu cliente, te aporta tres beneficios claros:
- Credibilidad: demuestras que eres una marca responsable que es fiel a sus principios.
- Confianza: aportas la confianza necesaria para que tus clientes sepan que pueden fiarse de ti.
- Autenticidad: destacas entre el resto de marcas y demuestras que tu empresa es genuina precisamente por seguir lo que crees (que no es lo más habitual estos días).
Eso sí, ten en cuenta que a veces tus principios harán que no llegues a tus objetivos tan rápido como si no tuvieras escrúpulos. Pero entiendo que si estás leyendo esto, tu ética de marca es más importante para ti que un beneficio a corto plazo.
Los canales que deberías tener sí o sí
Dicho esto, hay ciertos canales que la mayoría de marcas responsables deberían tener. Estos son:
- Una web propia: una web es un canal básico porque es tu plataforma, el lugar al que dirigir a las personas que te conocen por primera vez.
- Una newsletter: no quieres solo que las personas visiten tu web, sino que quieres fidelizarlas y que se acuerden de tu marca cuando lo necesiten. Para eso, en el 99% de los casos, recomiendo tener tu newsletter viva y coleando.
Un blog o un canal propio en el que ofrezcas contenido gratuito de manera abierta y regular: cuando digo blog, también puedo decir un espacio de pódcast o un videoblog. Lo importante es que las personas lleguen a tu marca de manera regular.
Un ejemplo práctico
Para que veas cómo podemos aplicar estas reglas, mira el ejemplo de Manuel:
Manuel es decorador sostenible.
Trabaja para clientes particulares ayudándoles a conseguir la casa de sus sueños utilizando solo materiales y elementos ecológicos o reutilizados.
El objetivo de Manuel es aumentar su visibilidad y dar a conocer su trabajo a personas que están pensando en reformar su casa:
Manuel ha investigado a su clientela ideal y se ha dado cuenta de que
- son personas entre 35 y 70 años.
- que quieren redecorar su actual casa o una que acaban de comprar.
- para hacerla más acogedora y elegante.
- con el estilo boho-chic que caracteriza su trabajo: materiales desgastados, muebles con historia, etc.
Además, sus clientes más jóvenes también lo contratan porque quieren una casa más sostenible y saludable.
Si el objetivo de Manuel es dar a conocer su trabajo a personas que están pensando en reformar su casa: ¿qué crees que tiene más sentido: que Manuel se abra una cuenta en Twitter o en Pinterest?
Como imaginarás, las personas que quieren hacer una reforma buscan inspiración en Pinterest, una red muy visual y con decenas de miles de tableros sobre decoración de interiores.
Pero esa era fácil.
Ahora pongámoslo un poco más difícil. ¿Qué sería preferible: que Manuel pidiera colaborar en una revista de decoración mostrando una de sus casas terminadas o que lo hiciera en un blog sobre sostenibilidad?
Pues como Manuel quiere dar a conocer su trabajo a personas que están pensando en reformar su casa. claramente tendría que apostar por la revista de decoración.
Pero si, por ejemplo, su objetivo fuera posicionarse como “el decorador sostenible” con la mirada a largo plazo porque ha visto que hay un pequeño sector de sus clientes (los más jóvenes) que le contratan por eso, quizá le interesa ir haciéndose un hueco participando en los blogs sobre sostenibilidad que estas personas leen.
Además, a Manuel le han ofrecido participar en un evento de decoración que tiene mucha audiencia, clientes potenciales que podrían interesarse en sus productos. Pero dicho evento está financiado por una empresa petrolífera, y uno de los principios de Manuel es no colaborar jamás con industrias de combustibles fósiles.
Así que Manuel puede decidir no asistir y ganarse la credibilidad y la confianza de sus clientes demostrando que su ética de marca es auténtica.
Por último, Manuel debería tener una web, newsletter y blog con contenidos de interés para su público para atraer y fidelizar a su audiencia desde su Pinterest y sus colaboraciones en revistas de decoración.
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P.D. Y tú, ¿todavía tienes dudas acerca de qué canal de comunicación te conviene con tu marca responsable? Si me las cuentas aquí debajo intento solucionártelas.
P.D.2. Si te ha gustado este post, me harías un gran favor compartiéndolo con personas que lo puedan necesitar :).
2 comentarios en «Cómo escoger tus canales de comunicación de manera estratégica y ética»
Gracias Alba por tus consejos sobre comunicación, me viene muy bien para seguir diseñando mi estrategia en el proyecto que estoy cociendo.
Gracias a ti por pasarte, Gemma. Espero que te sirvan y que me vayas contando por aquí cómo va ese proyecto :).