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Otoño de storytelling (III): cómo comunicar tu ética de marca para convertir a potenciales clientes en evangelizadores de tu negocio

Cuando era adolescente, en pleno apogeo del indie más festivalero, tenía una amiga que estaba obsesionada con las zapatillas converse.

 

Le encantaba usarlas, le encantaba el logo y le encantaba el rollo rock and roller que destilaban. Le gustaban tanto que incluso estuvo pensando en tatuarse la estrella en el brazo. En aquel entonces, yo no entendía muy bien su obsesión por, lo que a mí me parecían, unas simples zapatillas de deporte.

 

No fue hasta años más tarde cuando descubrí que, sin llegar nunca a pensar en tatuarme el logo de nadie, yo también tenía mi propio altar de marcas.

 

Son esas empresas, tanto de productos como de servicios, que no paro de recomendar a mis amistades, a las que recurro cuando tengo que hacer un regalo o cuando necesito solucionar un problema, esas que nunca me decepcionan.

 

¿Y sabes lo que une a todas ellas aparte de una calidad excelente? Su ética de marca.

Índice de contenidos

Por qué la ética de marca conecta de manera profunda con tu cliente

Todas ellas son marcas que coinciden con mi visión del mundo.

Quizá es porque utilizan materiales sostenibles o porque son negocios de toda la vida o porque trabajan de manera local o porque apoyan el emprendimiento femenino. Todas ellas crean, de alguna manera, el mundo en el que quiero vivir.

Y lo hacen solo por seguir lo que piensan que es correcto, que es ético. Así que, además de vender, crean cambios positivos.

Y por eso me he convertido en una evangelizadora de esas marcas. Alguien que recomienda de manera ferviente un negocio aunque no gane nada con ello.

¿A que te encantaría tener tu propia legión de evangelizadores y evangelizadoras de marca? Pues este post va a ayudarte a conseguirlo.

Los cuatro pasos para comunicar tu ética de marca

1. Ten clara tu ética de marca

Para empezar, como es obvio, tienes que tener una ética de marca.

Debes conocerte y entender qué es lo que te importa en el mundo y qué huella quieres dejar en él con tu negocio responsable. Para ello, te recomiendo ahondar en tu propósito, tus valores, tu visión y tus principios.

2. Pon en palabras tu ética de marca

Después, tienes que atreverte a comunicar tu ética de marca en tus textos. Describe el mundo que quieres conseguir, cuenta lo que haces con tu negocio para conseguirlo, explica por qué te parece importante.

3. Da ejemplo con acciones

El tercer paso para comunicar tu ética de marca es dar ejemplo.

Puedes colaborar con entidades sin ánimo de lucro que compartan tu propósito, puedes dar voz a activistas que trabajen por la misma causa que tú… Pero sobre todo debes dar ejemplo dentro de tu propia marca.

Debes ser coherente. Por ejemplo, si tu bandera es el consumo local porque crees que es la manera más sostenible de comprar productos, no harás envíos a la otra punta del mundo.

4. Implica a tu cliente

Y, para finalizar, debes implicar a tu cliente. Quieres hacerle sentir que él o ella también puede hacer algo: puede comprarte y conseguir un cambio real, o puede colaborar con alguna causa que compartas o puede firmar una campaña.

Quieres que tu audiencia se sienta poderosa y unir a esas personas a tu causa para conseguir cambios positivos verdaderos.

Cómo comunicar tu ética de marca para convertir clientes en evangelizadores de tu negocio

Para que pongas en práctica estos cuatro pasos y comuniques tu ética de marca hoy mismo, te he preparado este vídeo junto con una hoja de ejercicios y que puedes empezar a trabajar ahora:

P.D. ¿Cómo es el mundo que quieres conseguir con tu marca responsable?, ¿me lo cuentas aquí debajo?

Otoño de storytelling (III): cómo comunicar tu ética de marca para convertir a potenciales clientes en evangelizadores de tu negocio

2 comentarios en «Otoño de storytelling (III): cómo comunicar tu ética de marca para convertir a potenciales clientes en evangelizadores de tu negocio»

  1. Hola Alba! Hice el primer ejercicio y yo, que en verdad no quería mostrarme fue en verdad algo sencillo y me gustó hacerlo. Una vez más confirmo que son mas los miedos que cargamos en la mente que los que hay en la realidad. Un abrazo!

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